domingo, junio 02, 1996

A Miguel Hernandez

Si dicen que soy un árbol,
Que mis hojas son marchitas
Y mis frutos, de tristeza,
Yo le digo a aquel poeta
Que lloró así lo que amaba,
Que decía la verdad.
He visto tus tres heridas
De angustiosa soledad.
Las nanas de la cebolla,
Que con sangre en la garganta,
Cantaste por tu libertad.
Porque en mi prisión de asfalto
También me siento cautiva
Y veo, día tras día,
Esos muros de homenaje
con tu recuerdo grabado.
Porque en la paz y en la guerra,
En los treinta, en los noventa,
El sentimiento es el mismo
Y oigo una guitarra lenta
Llorar por tu mano muerta.
Con García Lorca y Machado,
Tu rostro fiel se refleja
En la pared del presidio,
Aquella que homenajea
A nuestro ilustre paisano:
Miguel Hernández, poeta.