jueves, mayo 26, 2005

Te digo adios

Hoy te digo adiós sin pena
de no volverte a ver.
No me entristece tu marcha
ni me preocupa el saber
qué te depara el futuro.

Hoy te digo adiós, morena.
Tu tiempo aquí terminó,
como en un reloj de arena.
Y te marchas y no siento
absolutamente nada.

Adiós, harpía insufrible,
niña bien, pero amargada.
Las ánimas que te comiste
se alegran de que te vayas.
¡Adiós!

Rojo

Hay rojo en el suelo
hay rojo en la pared
hay rojo en el suelo
no hay rojo en su ser.
No hay rojo.
No hay paz.
No hay alma.
No hay luz.

Su rostro,vacío
igual que sus ojos,
recuerda a la mente
que no hay rojo.
Tan sólo en la pared
y en el suelo.
Lo que queda
de su cuerpo
no verá el rojo
del cielo,
sólo el rojo de
su sangre en el infierno.
Sin rojo.